martes, 27 de junio de 2017
¿Cómo vivir con poca plata y no morir en el intento? O por lo menos no de hambre
lunes, 6 de marzo de 2017
AmViciosa
Sería tan fácil la vida si fuera así, si no hicieras nada y mágicamente todo llegara. Ojalá pensaras que necesitás plata y cayera del cielo, o que alguien toque la puerta de tu casa y te diga si querés trabajar, estando en tu casa viendo series y comiendo lo que quieras y te van a pagar un montón de plata, para que puedas salir de viaje y vivir tu vida.
Pero en el mundo donde yo vivo, trabajar, estudiar y hacer cosas son parte de "vivir la vida".
Me molesta la gente que vive regida por la ley del mínimo esfuerzo, donde haciendo lo mínimo para vivir, para zafar en el trabajo o para decirle a su familia que estudia cree que es suficiente.
Te van a comer vivo, cuando salgas al mundo de verdad, no a ese que vos te inventaste, cuando salgas de esa burbuja donde vivís, que te habrán hecho tus padres o vos mismo.
Te van a comer, vomitarte y volverte a comer, porque vos no tenés hambre, sos la presa.
Los que tenemos hambre de mundo comemos, aunque a veces no lo parezca, nos queremos comer a ese jefe que sabemos que muchas veces está equivocado y no quiere darte la razón, queremos comernos ese puesto en el que trabajamos que nos queda chico, queremos comernos todos esos lugares que vamos a visitar pero no ya porque antes hay que salir de ese puesto, queremos comernos todas las materias que podamos, porque nos encantan, queremos comernos todas las experiencias, buenas o malas que van a marcar nuestra vida.
Podemos tener momentos en los que decaemos, o meses donde no escribimos ni una entrada de blog, pero siempre está el hambre, y no es ambición, de la "mala", no es de esa que quiere comer solamente dinero, sino de la que te hace crecer grande y fuerte.
lunes, 21 de noviembre de 2016
do re mi
cuando era chica me creía la niña más fea del mundo, y seguro no lo era, cuando era adolescente no entendía nada de lo que pasaba, de cómo tenía que hacer para llevarme bien con los demás, o qué cosa era yo, y en la juventud tampoco tengo mucha idea pero mucha más que la que tenía.
Por eso creo que no es que queremos volver a ser niños o adolescentes, sino que queremos de alguna forma ser una vocecita en la mente de ese niño que fuimos y decirle que es mejor de lo que cree, o al estar en la cabeza de ese adolescente decirle que no tiene que esforzarse tanto, y que la amistad es otra cosa que eso que cree.
No hay que intentar volver y ser algo que no somos, sino que somos todo eso que fuimos pero sumado y potenciado.
Es algo que se puede ver en la música que escuchás, cuando eras chico escuchabas lo que la radio, la tv o tus padres te inculcaban, y eso eras, no decías malas palabras, no peleabas, o por lo menos cuando te veían, seguías la corriente hasta en cosas en las que no creías; cuando eras adolescente escuchabas lo que estaba de moda, lo que tus amigos creían que estaba bien, y teniendo en cuenta que cambiabas de amigos a veces totalmente así también lo hacían tus gustos. En la juventud ya te empieza a importar menos lo que a otros les parece bien y encontrás que capaz hay una banda que a nadie le gusta y a vos sí, o hay una que se supone no debes escuchar porque es horrible pero como te gusta hasta la defendés.
El deseo es querer ser esa persona auténtica a la que no le importa mostrarse como es, con sus bandas indies o sus canciones de Britney, porque sabe que quien lo quiere va a aguantar un par de canciones que no le gustan y va a disfrutar de las que tienen en común.
Lamentablemente no podemos volver a hablarle a nuestro pasado, pero sí tratemos que nuestros futuros que viven el presente aprendan a quererse y a descubrirse como son sin juzgarlos.
Lo único que nos debe preocupar es una persona grande que no cambió su música.
martes, 25 de octubre de 2016
Viajes en mi cabeza
Dicen que cada persona es un mundo, si comparamos a cada persona con un bondi, los pasajeros son lo que tenemos adentro.
Si pudiéramos escanear cada mente nos daríamos cuenta que hay algunos que están llenos de ruido, malhumor y olor feo.
Pero si somos optimistas siempre vemos que tiene algún pasajero que viene feliz, aislado con auriculares, tratando de ignorar a los demás.
Otros bondis están llenos de permisos, disculpe y muchas gracias, aunque sea un poco molesto viajar apretados tratan de convivir en armonia, algún desviado hay, pero se baja en algún momento.
Hay otros que vienen llenos de música, alguna buena y otra que preferirías bajarte, y cuando es de la primera te dan ganas de aplaudir, te sacan una sonrisa.
Pero lo que tienen todos en común es que te llevan a algún lado, a veces justo a donde querés ir, y otras un poco más lejos. El guarda trata de que entremos todos, de que de lugar para más, aunque a algunos pasajeros les gusta estorbar, hay que darle lugar a pasajeros nuevos, de los que sacan sonrisas, de los que dan el lugar y de los que son buenos compañeros de viaje.
jueves, 20 de octubre de 2016
Una pérdida de tiempo
jueves, 22 de septiembre de 2016
Una buena lección
Estas deberían tenerse muy en cuenta para educar, seguramente se tienen pero me parece que todavía falta.
Cuando somos chicos tenemos esa fascinación con los maestros, con los padres y con los mayores en general, porque tenemos curiosidades que creemos ellos nos pueden sacar ya que deben saber de muchas cosas por ser "grandes"; cuando llegamos a grandes nos damos cuenta que no sabemos responder las preguntas que nos hacen los niños y no sabríamos respondernos a nosotros de chicos.
Pero esta es una etapa que hay que aprovechar de los niños, porque ahí es donde están buscando constantemente y ahí es cuando más te quieren y respetan; eso sí no te emociones porque el único que te escucha es el niño porque también tienen que jugar con los de su edad.
Cuando sos adolescente, o en esa edad en la que todo te embola y todo es cambios, no querés más que ser rebelde, que ser copado o en caso de no serlo fingir que no te importa.
Esa edad es en la que pensás que no vas a crecer, no te interesa el mañana, sólo el hoy aunque si mañana hay una fiesta te interesa.
Pero acá es la edad en la que más que darles un sermón de que tiene que pensar en cosas que no les interesa, tenés que motivarlos a conocer, a hacer, a errarle y si querés enseñarles algo que es un embole hasta para vos, buscale lo copado, buscale lo desafiante, o una app por donde hacerlo.
Pero después creces, no tanto, pero tenés que elegir cosas muy rápido y que van a ser a largo plazo, aunque después capaz te des cuenta que le erraste y sería lo más normal, nadie te preparó para eso.
Lo que sí es seguro es que cuando empieces a pensar en mañana va a ser cuando lo tengas arriba y capaz querrías estar en un juego para empezar la pantalla de nuevo.
Que estés listo para aprender, y que cuando te estés acercando a lo que querés encuentres más cosas que querés, es la forma de seguir caminando.